La calidad del ambiente en el hogar, ahora más que nunca
En esta situación que nos toca vivir en la actualidad, con el confinamiento en el propio domicilio, ahora más que nunca es importante sentirse confortable en casa. Y la calidad del ambiente que se respira dentro del hogar es uno de los aspectos fundamentales que influyen en este confort.
El aspecto saludable
Una forma también de cuidar la salud, tan importante en esta realidad de emergencia sanitaria, y que se materializa a la hora de mantener unas adecuadas condiciones en cuestión de temperatura, humedad o concentración de CO2; así como en conseguir una estancia libre de todo tipo de patógenos y contaminantes.
Y es que, si el aire de nuestro hogar se satura es muy probable que desarrollemos diferentes dolencias sin saber qué están relacionadas con esta cuestión. Es el caso de dolores de cabeza, catarros o alergias debido a que el ambiente que respiramos dentro de nuestro hogar no es el adecuado.
Un nivel de contaminación en el interior de la vivienda que suele superar al exterior debido a que a la polución que entra por las ventanas se le añade la que se genera dentro del propio hogar. Algo que incluso también sucede en las grandes ciudades.
¿Qué tienen que aportar las casas pasivas en este caso?
Pero hay mucho más a la hora de asegurar una calidad del aire en las viviendas ya que, además, lo ideal es que la casa cuente con un aislamiento adecuado, así como con un sistema eficaz que sea capaz de filtrar el aire que entra cada mañana cuando se ventila el hogar y se procede a su renovación higiénica. Algo que se observa especialmente en aquellos edificios que se construyen bajo los preceptos climáticos para cumplir con las premisas de las casas pasivas.
Se trata de viviendas que, además de todo lo anterior, cuidan el diseño y la ejecución de la obra por medio de la eliminación de los puentes térmicos, mejorando el aislamiento antes mencionado y garantizando la hermeticidad a la entrada de aire no deseado. Unas pautas eficientes y ecológicas a las que se une el hecho de que este tipo de hogares cuentan con una ventilación mecánica con recuperación del calor de alto rendimiento, así como con ventanas y puertas con altas prestaciones climáticas.
En definitiva, una serie de medidas que no solo redundan en una mejora del confort y la calidad del aire que se respira en el interior de la casa, sino que también se refleja en la factura al cabo del mes (y más ahora que toda la familia permanece en casa las 24 horas del día).
Así, y gracias a este tipo de construcciones pasivas se puede ahorrar hasta un 90% en el consumo energético de climatización. Y eso sin que revierta la calidad de la temperatura que se mantiene en casa de manera constante entre los 20⁰C y 25⁰C todo el año.
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