La eficiencia energética como una de las maneras de resolver la crisis mundial
Esta es una de las apuestas que hace Wolfgang Feist, fundador del Passive House Institute de Alemania a la hora de reducir las emisiones de carbono y ahorrar energía. Construir edificios mejor aislados en todo el mundo, y para ello pone el ejemplo de una pequeña ciudad de unos 60.000 habitantes que se está construyendo en China y cuyos edificios se regirán por la filosofía pasiva.
A juicio de este experto, la apuesta por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente no es una moda pasajera, sino que resulta una necesidad en la actualidad. “Lo que estoy diciendo es que el planeta está en llamas”.
Por ello, su solución pasa por hacer viviendas pasivas. “Casi no hay costes adicionales netos de construcción y uso de una casa pasiva en los edificios de nueva construcción. Pero hay muchos beneficios adicionales como una mejor calidad del aire, un mayor confort, componentes de construcción más duraderos.
La solución de casa pasiva es sostenible.
No se pasa ni frío ni calor, las casas pasivas no ahorran energía a costa del confort”, explica este experto a la hora de hablar de las bondades de este tipo de hogares, al tiempo que destierra esa idea de que resultan mucho más caras.
A su juicio, una casa pasiva se puede hacer con muy poca inversión extra. Lo que realmente necesita es dedicar ese dinero a cómo hacer esa casa hermética y libre de puentes térmicos sin más gastos. “Las mejores ventanas normalmente tienen una inversión un poco más alta, pero es así, si se considera el ahorro de costos de energía y, además, mejora la comodidad. La instalación de un mejor aislamiento se puede hacer con casi cero costos adicionales, si se planifica de manera adecuada. Y, sí, una buena solución de ventilación supondrá alguna inversión extra, pero se amortiza con la mejora de la calidad del aire y el ahorro de energía”.
¿Y si en lugar de hacer una casa de reciente construcción se apuesta por rehabilitar y hacer pasiva una que ya lleve décadas en pie? En este caso es posible renovar un edificio existente utilizando componentes de una casa pasiva, lo que supondría un ahorro medio de alrededor del 75% de la energía que se utilizaba anteriormente para calefacción y aire acondicionado.
Las ciudades del futuro
Pero el tema de las casas pasivas solo es la punta del iceberg en esta apuesta por la sostenibilidad.
Y es que, en este sentido, tanto instituciones públicas como privadas y ciudadanos de a pie pueden ir aportando su granito de arena en forma del empleo de transportes eficientes, consumo de alimentos más sostenibles y de producción local, la apuesta por energías renovables o la realización de una mejor planificación urbana en la que esas urbes interactúen con su entorno rural.
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