Orientación vivienda
07
May

La importancia de una buena orientación en el caso de las construcciones sostenibles

Hablar de construcciones sostenibles y de edificios que respondan a los dictados de la arquitectura bioclimática viene unido, como no podía ser de otra manera, a las condiciones climatológicas del lugar donde se ubicarán dichos inmuebles.  

Es por eso que en este tipo de edificaciones se tiene muy en cuenta, por ejemplo, el sol, la vegetación o la lluvia para, entre otras cuestiones, reducir el impacto ambiental que trae la construcción. Pero no es solo ese aspecto positivo, sino que, además, el hecho de pensar en dicho entorno climático hace que se produzca una reducción del consumo de energía en el interior de esa vivienda. Por sI fuera poco, de esta forma se mantiene la apuesta por el empleo de las renovables para autoabastecerse en este sentido.

Por tanto y en relación a esto último, la importancia de una buena orientación en el caso de las construcciones sostenibles resulta clave.  Sin embargo, a la hora de estrenar una nueva vivienda o de reformar una existente bajo los parámetros de la sostenibilidad se piensa más en otros factores como el precio, el tamaño o la ubicación de la misma. Dicho de otro modo, se suele pasar por alto el tema de la entrada de luz y calor a la vivienda procedente del Sol.

Y es que, además de esa reducción en el consumo de climatización o iluminación (en algunos casos de hasta un 70%), otras de las razones por las que es importante no olvidarse de la ubicación del edificio tiene que ver también con una mayor calidad de vida o incluso con una percepción decorativa. Los espacios ganan visualmente en amplitud si están bien iluminados.

La orientación de las viviendas ecológicas

Como se ha dejado ya claro, este factor es esencial para conocer el grado de sostenibilidad energética de dicho inmueble en cuestión. De esta manera y según de, por ejemplo, el tiempo total y la época del año en la que más incida la luz del sol, la casa dependerá en mayor o menor medida de otras fuentes de energía consideradas menos adecuadas o respetuosas con el medio ambiente.   

Con esto sobre la mesa y en base a la necesidad de obtener mayor o menor luz solar se decidirá el punto cardinal de referencia de la casa. Eso sí, sin olvidarnos del lugar donde se levanta ese hogar:

Sur:

El Sol da todo el día en invierno, primavera y otoño, mientras que en verano suele sufrir por el calor de las horas centrales del día.  

Sureste:

Durante los meses de invierno, el sol es una constante durante todo el día. El resto del año, ese calor está más presente en las horas de la mañana.

Este:

Las casas con esta orientación reciben luz solar hasta el mediodía.

Noreste:

En invierno no incide el sol sobre la vivienda, pero ya el resto de meses esa iluminación natural se incrementa hasta el mediodía.  

Norte:

Si tu edificio está orientado hacia el norte el sol solo dará en verano cuando coincidan las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde-noche.

Noroeste:

La situación en los meses más fríos es igual que en los dos casos anteriores. Por su parte, en las otras tres estaciones esa calidez solar ya va desde mediodía hasta la llegada de la noche.

Oeste:

Recibe, sea cual sea el mes, luz del Sol desde mediodía hasta el ocaso.

Suroeste:

En invierno se tiene la suerte de que el Sol entre por la ventana todo el día, mientras que en primavera, verano y otoño es más acusado a partir de las horas centrales del día. El resto del año, desde mediodía hasta el final de la jornada.