Paneles solares energía
30
Abr

Plantas fotovoltaicas: así funcionan y así aprovechan la luz solar

No es raro ver en nuestra geografía, también en casas, las conocidas plantas fotovoltaicas. No en vano estamos en uno de los mejores países en el entorno europeo a la hora de disfrutar de unas apreciadas horas de sol al año. Es por eso que desde hace tiempo se aprovecha ese beneficio del sol a la hora de producir la llamada energía verde.

Para ser más precisos, hablamos de un conjunto de instalaciones cuyo fin último es el suministro de energía eléctrica, por ejemplo, a la red de una vivienda, y para eso se emplean una serie de sistemas fotovoltaicos a gran escala. Dicho de otro modo, lo que se hace es captar y transformar la radiación solar en electricidad.

Para lograrlo, los paneles fotovoltaicos lo que hacen es transformar la radiación solar en energía eléctrica de corriente continua. Por su parte, el inversor (otro de los elementos necesarios) es el equipo electrónico que se encarga de la función de pasar la energía de corriente continua producida por los módulos fotovoltaicos en energía de corriente alterna de características similares a las de la red eléctrica que conocemos de manera habitual.

 ¿Qué ventajas tiene este sistema de obtención de energía eléctrica?

Lo primero de todo es que se trata de una energía totalmente limpia, ya que no genera ningún tipo de residuo en su producción. A esto hay que sumar que no contamina o, lo que es lo mismo, no genera emisiones de CO2 lo que hace que se incrementen sus características ecológicas.

Otro de los aspectos positivos es que los paneles solares tienen cada día mejor calidad, por lo que son mucho más eficientes. Y esto es toda una ventaja a tener en cuenta a la hora de obtener un mejor aprovechamiento de la energía que viene directamente del sol.

Más beneficios, el precio. Cada vez hay una mayor apuesta por este tipo de instalaciones fotovoltaicas y eso hace que se vaya reduciendo su coste al mismo tiempo que se trata de una forma de autoconsumo que llega a ser asequible para los hogares. Y todo con un mantenimiento sencillo y que requiere de poco esfuerzo para mantener su durabilidad y resistencia. Por ejemplo, si se mantienen en óptimas condiciones, este tipo de placas pueden incluso durar más de 3 décadas soportando las más adversas condiciones climatológicas.

También merece la pena destacar el hecho de que no contaminan acústicamente. Es decir, no emiten ningún tipo de ruido mientras están funcionando, de ahí que sean perfectas para zonas residenciales y naturales. El entorno no se verá afectado.

Y la que puede ser la ventaja más destacable: el sol es una fuente de energía inagotable. En nuestra mano está el sabernos aprovechar de ella de la manera más natural.